Surat Thani -
Un grupo de trabajo conjunto, liderado por el Centro de Operaciones Especiales de la Comisaría de Policía de Koh Pha-ngan, allanó un negocio de alquiler de vehículos a gran escala, presuntamente operado ilegalmente por un ciudadano ruso. La operación se produjo tras las quejas de turistas y residentes locales sobre la confiscación de pasaportes y prácticas comerciales no autorizadas.
La Oficina de Policía Turística informó al Phuket Express que la empresa, ubicada en la zona del Mercado Center Point de Ban Thong Sala, Koh Pha-ngan, ofrecía servicios de alquiler de más de 400 motocicletas y aproximadamente 20 automóviles. Las autoridades detuvieron al Sr. Valerii Belomitsev, ciudadano ruso de 39 años, encargado de la atención al cliente, junto con cinco ciudadanos birmanos empleados como personal de servicio. Una mujer tailandesa también se encontraba presente, afirmando ser accionista y empleada.
La redada se originó a raíz de informes de turistas que alegaban que la empresa les retenía el pasaporte y se negaba a reembolsarles el alquiler. Los residentes locales también expresaron su preocupación por los extranjeros que operaban servicios de alquiler sin la debida autorización.
El Mayor General de Policía Krit Warit, Subcomisario de la Oficina de Policía Turística, confirmó que el negocio estaba dirigido por un propietario ruso con sede en Phuket. Las instalaciones incluían no solo una oficina de alquiler, sino también un hotel sin licencia y un taller mecánico. Las inspecciones iniciales revelaron que los trabajadores birmanos desempeñaban funciones que no se ajustaban a sus permisos de trabajo.
Las autoridades incautaron todos los vehículos del lugar para realizar una investigación más exhaustiva. Algunas motocicletas presentaban indicios de haber sido desmontadas, lo que hizo sospechar que podrían haber sido robadas o adquiridas indebidamente. Los investigadores están trabajando para verificar los registros de los vehículos y rastrear su historial de propiedad.

Las declaraciones preliminares de los empresarios afirmaron que los vehículos se obtuvieron mediante subastas. Sin embargo, la policía sospecha que algunos fueron comprados a turistas o robados localmente y desmantelados para obtener piezas.
La investigación determinará si el ciudadano tailandés involucrado actuó como representante del propietario ruso, una práctica prohibida por la legislación tailandesa. Se prevé que los cargos incluyan empleo ilegal, explotación de servicios de hostelería y reparación sin licencia, y posibles infracciones relacionadas con la adquisición y matriculación de vehículos.





